*EL SALAR DE UYUNI (Bolivia)
Exhibición virtual, website oficial, año 2006
No es que “el Salar de Uyuni” únicamente sea la planicie de sal más grande del mundo, ni que estando a los 3650 msnm sea la más alta, ni que aún para cruzarla por su lado más corto se tenga que recorrer 150 Km, por una vía, casi inexistente e insegura, sino que, además, cuando ha llovido, se convierte en el mayor espejo de agua del planeta. No es usual ver la totalidad del cielo reflejándose en la superficie terrestre ni las densas y caprichosas nubes que lo adornan, repitiéndose al inverso, en el mismísimo piso sobre el cual reposa el trípode.
La hora, el lugar, el instante, ese momento de atmósfera y sol, se impregnaron en el ojo del fotógrafo y en el sensor de la cámara fotográfica, como si más nunca hubiese la manera de capturarlos. Y es que el momento fotográfico es así, fugaz y eterno al mismo tiempo, fugaz cuando el referente resurge y eterno cuando se fija y perdura… Por eso el momento de ver es el momento mágico del ahora, y el momento de fijarse es aquel que ya pasó…”la foto en sí no encierra una verdad”.
El reflejo es fascinante, el paisaje abrumador, son la suma de varias capas de emociones despilfarradas en un solo instante, son todo y nada como si fuesen los pasos que damos cuando subimos montañas…
Están allí un lago que no existe, el Volcán Tunupa (4700 msnm), imponente rompiendo el horizonte, las aves y las llamas en rumbos inesperados, los cactus, las viviendas de tierra y sus habitantes, tan silenciosos como su propia planicie de sal que los encierra…
* Texto publicado por el autor en el número 37 de la revista “Montaña” en su edición de diciembre de 2013
Yepo.